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Enterrado vivo, un miedo con el que muchos vivimos

Desde siempre el ser humano ha tenido una serie de miedos que han formado parte de sus inquietudes casi de forma irracional. Hay quien tiene fobia a las alturas, a los viajes en avión o a los payasos, y también, tal y como hablaremos en este artículo, hay quien tiene un pavor tremendo a ser enterrado vivo.

La claustrofobia y la asfixia se dan la mano en una situación que escapa a nuestro control. Estando en ella, solo podríamos rezar para que el oxígeno se acabe lo antes posible y así no alargar más nuestra agonía antes de convertirnos en comida para los gusanos.

Hoy nos gustaría hablar de este terrible miedo a ser enterrado vivo, recordando algunos casos reales y algunas obras de ficción que hablan de un miedo tan común como aterrador.

El miedo a ser enterrado vivo

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El miedo a ser enterrado vivo tiene un nombre, y es Tafofobia. Mucho antes de que la medicina moderna llegase a nuestras vidas, el ser enterrado vivo era mucho más común de lo que puedas llegar a imaginar. Infinidad de personas eran dadas por muertas y, accidentalmente, acababan en cajas a varios metros de profundidad del suelo. Años después, algunas de esas cajas eran abiertas y se descubrían marcas de uñas de los propios difuntos. Quienes en medio de un ataque de pánico intentaban salir de sus tumbas rasgando la madera del propio ataúd.

También, especialmente en la antigüedad, el entierro prematuro era utilizado como una técnica de tortura. Conociéndose entonces como una de las formas más horrendas de morir.

Entre las diferentes leyendas que se cuentan al respecto, hay quien afirma que cuando morimos permanecemos durante años en estado de coma y, cuando despertamos, nos encontraríamos dentro de un ataúd habiendo sido enterrado vivo. Una afirmación realmente inquietante, ¿verdad?

Entierro prematuro, de Edgar Allan Poe

En el mundo de la literatura se ha hablado en diversas ocasiones de personas que son enterradas vivas. Una de las historias más conocidas dentro de este terrorífico tema es la del fantástico Edgar Allan Poe, titulada Entierro Prematuro.

Este cuento se publicó en el año 1844 en el periódico The Philadelphia Dollar Newspaper en una época en la que el miedo era muy común en la época.
En él, un narrador con catalepsia nos cuenta su gran temor a ser enterrado vivo, metiéndonos de lleno en su atormentada piel y siendo consciente de que es cuestión de tiempo que dicho acto llegue a suceder.

Buried, la película de Rodrigo Cortés

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Otra de las obras de ficción en la que su protagonista es enterrado vivo es Buried, del director español Rodrigo Cortés.
Protagonizada por Ryan Reynolds la cinta nos cuenta la historia de un hombre que es secuestrado y enterrado vivo y que lucha por salir de la pequeña caja en la que está recluido.

Se trata, sin lugar a dudas, de una de las películas más asfixiantes de los últimos tiempos. Pues no fueron pocos los espectadores que tuvieron que salirse de las salas de cine por no soportar la agobiante situación en la que el film les metía.

Casos reales de enterrados vivos

Hay infinidad de casos de personas que han sido enterradas vivas. Algunas de ella, por suerte, lograron manifestarse a tiempo, como es el caso de un hombre yemení que supuestamente murió de un ataque al corazón. En medio de su entierro, justo antes de que comenzaran a echarle tierra encima, el hombre despertó gritando. La triste ceremonia no tardó demasiado en convertirse en una fiesta.

Por otro lado, en el año 2007, un venezolano de 33 años llamado Carlos Camejo parecía haber muerto en un accidente de tráfico. Fue en medio de la autopsia, justo antes de ser enterrado vivo, que Carlos despertó.

No tuvo la misma suerte José Antonio Delgado Fresceno, un vecino de Getxo que, tras acudir a una cita sexual, fue asaltado por una banda criminal que se dedicaba a robar a la gente para, posteriormente, enterrarlas vivas.

El cuerpo sin vida del José Antonio fue descubierto semanas despuñes y su autopsia confirmaba que había sido enterrado con vida.

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