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Fantasmas y demonios en la cultura japonesa

Japón es un país que nos fascina por ser tan diferente a Occidente, por tener una cultura y unas tradiciones tan arraigadas que incluso ya han comenzado a tomar partido en nuestra sociedad. No nos referimos solo al tema de comer sushi de vez en cuando o ser muy fans de los animes o las películas de terror realizadas en aquel país. Hablamos de cómo la fascinación por la cultura nipona está llevando a muchos estudiosos a tender puentes entre una y otra forma de entender la vida, la nuestra y la suya, tan distintas, pero a la vez cercanas. Japón ha evolucionado muchísimo en los últimos dos siglos, y hoy por hoy es una potencia tecnológica, económica y hasta cultural de primera nivel, exportando sus propias tradiciones por todo el mundo a través de su arte, sus películas, su literatura…

En muchas de esas obras vemos todavía la importancia que los japoneses le otorgan a sus propias tradiciones, a la manera tan especial y única que tienen de entender la vida, y también la muerte. En Japón, el sintoísmo es la religión  más venerada, siendo una mezcla de budismo y  otras fes de origen asiático e incluso cristiano, que se torna muy especial a la hora de hablar de la vida más allá de la muerte. Los japoneses, religiosos o no, suelen creer en espíritus, fantasmas y demonios, ya que es algo que forma parte de su propia cultura desde hace siglos. Las historias de fantasmas son muy populares en Japón, y han servido posteriormente como base para muchas de esas películas y animes que han triunfado en el resto del mundo. Por eso hoy queremos hacer un repaso de los espíritus y demonios japoneses, zambulléndonos en esta cultura tan colorida pero a la vez aterradora.

Los seres paranormales en el folclore japonés

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Japón es un país con un folklore absolutamente apasionante, ya que parece que la imaginación de los nipones no tienen  límites, sobre todo a la hora de crear criaturas mágicas, tanto benévolas como crueles. Si bien Japón es un país muy actualizado y sofisticado hoy por hoy, la creencia en este tipo de seres sobrenaturales sigue siendo muy importante entre la población. El apego al mundo sobrenatural, a aquello que no se ve pero se sabe que está, que se siente, está muy arraigado en la cultura japonesa. Prueba de ello es que en muchas películas y series de animación aparecen este tipo de seres, tanto buenos como malos, incluso en aquellas obras que no tienen un carácter marcadamente fantástico o de terror. Para los japoneses, los espíritus y demonios conviven con ellos, y hay que cuidarse mucho de no desatar su ira.

Yūrei

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Los yürey representan en Japón a las almas humanas que, por alguna razón, han quedado atadas a este mundo después de morir. Básicamente vendrían a ser como los fantasmas occidentales, ya que son espíritus humanos, pero en el caso de los yürei sí que pueden tomar forma corpórea, aunque solo sea para asustar a los humanos, sin poder atacarles físicamente. Existen diferentes tipos de yürei, categorizados por el tipo de muerte que tuvieron. Los onryo, por ejemplo, son fantasmas que han tenido una muerte horrible, han sido asesinados o han sufrido mucho en vida por culpa de otras personas. Por eso vuelven en forma de espíritu, para vengarse. La famosa Sadako, de la película de culto Ringu, sería un onryo. Normalmente se les representa como mujeres de pelo largo y oscuro, y kimono blanco.

Existen también fantasmas de los fallecidos en el mar, de aquellos que pertenecen a la aristocracia e incluso de las madres que mueren durante el parto, una de las situaciones más desoladores y tortuosas que cualquiera podría imaginar. Para los japoneses, la mayoría de yüreis aparecen con forma de mujer porque piensan que ellas tienen una sensibilidad mucho mayor a este tipo de emociones intensas que hacen que su espíritu se mantenga en n8uestro mundo. Los yürei pueden vagar por lugares concretos, como una casa o un bosque, pero también viajar de un lado a otro, buscando a incautos que se crucen con ellos. Hay quien afirma que solo dañarán a aquellos que se portaron mal con ellos en vida, pero su aparición suele provocar un terror absoluto en cualquiera, y no es para menos.

Yōkai

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Para los japoneses, los yökai son todas aquellas criaturas vivas que no son humanas. Desde duendes hasta demonios, pasando por espíritus protectores de animales, como el Kitsune, que representa al espíritu de la naturaleza en forma de zorro. La mayoría de yökais, eso sí, son malvados y perversos, así que hay que tener cuidado con ellos. Hay todo tipo de demonios en el folklore japonés, algunos realmente curiosos, como sombras que llevan  una sombrilla, o escabrosas figuras que cientos de ojos en el rostro. Los yökai suelen vivir en zonas algo más apartadas, pero también hay casos en los que se acercan en la ciudad para conseguir su objetivo: asustar o dañar a los seres humanos.

Hay muchos demonios dentro de la cultura japonesa que son representaciones de emociones como el propio miedo, la angustia o la ansiedad. A veces toman forma humana, para confundir a los propios vivos y engañarles, y en  muchas otras ocasiones toman forma de animal, aunque en estos casos suelen ser menos peligrosos y más benévolos. El folclore llega incluso a catalogar algunos artículos como encantados, llamándolos Tsukumogami, donde puede vivir incluso el espíritu de un ser, ya esté vivo y sea humano o sea simplemente un demonio. El mundo espiritual está muy presente en Japón, como puedes comprobar.

¿Cuál es el demonio japonés más poderoso?

Es una pregunta difícil de responder, sin duda alguna, aunque hay varios candidatos muy fuertes para ese puesto. Uno de los que más terror provoca es el Oni, una especie de ogro  malvado, un demonio yokai que puede adoptar distintas formas para engañar a los hombres y a las mujeres, y hacerles cometer actos absolutamente atroces. Cuando ocurre un asesinato o un crimen horrible en Japón, muchas personas piensan que ha sido obra de un Oni, que ha logrado desviar del buen camino a la persona que haya cometido el crimen. También tenemos a los Shinigami, conocidos por la popular serie Death Note. Son literalmente dioses de la muerte, que en la tradición budista acercan a las personas a su final, empujándoles incluso a veces a quitarse la vida, algo que por desgracia es bastante común en Japón.

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